Inversiones de acordes cuatríada en la guitarra:


He realizado este artículo por petición expresa de mi amigo el guitarrista madrileño César Alonso, y a él va dedicado con todo el cariño.
La armonía, se estudia y se teoriza de forma habitual en la actualidad partiendo mayoritariamente desde la perspectiva del piano; el motivo es perfectamente comprensible, ya que es el instrumento que tiene la ejecución armónica más lógica y más intuitiva sin lugar a dudas.
Sin embargo, conformarnos con pensar la armonía desde el piano para luego ir "traduciéndola literalmente" sobre nuestro instrumento nos limitará enormemente como intérpretes y nos ocultará infinidad de posibilidades particulares maravillosas que solo descubriremos a través de un estudio pormenorizado y enfocado hacia el punto de vista de nuestro instrumento. Es crucial que sepamos potenciar sus posibilidades y sus características lo máximo posible, algo que particularmente en la guitarra, debido quizás a su popularidad, no es extraño que se  haga restándole demasiada importancia y es muy común llevarlo a cabo sin el orden y el rigor apropiados.
Si no sabemos emplear y pensar la armonía desde nuestro instrumento principal; ¿Para qué nos rompemos la cabeza estudiándola? Parece que estoy escribiendo algo muy evidente, pero la realidad es que muchos guitarristas no saben sacarle partido a lo que aprenden por este sencillo motivo.
A modo de ayuda para contribuir a mejorar ese aspecto en general y también para aportar una parte de mi método para explicar con sencillez este tema concreto de las inversiones de los acordes cuatríada, daré en este artículo unas breves pinceladas aclaratorias sin ahondar demasiado. Por supuesto no pretendo con esto substituir a una clase presencial ni muchísimo menos, ya que es un tema que para entenderlo con auténtica profundad y sin fisuras, como siempre digo, no hay nada como la explicación directa profesor alumno.
Comenzamos pues, con un acorde al que consideraremos estándar de cuatro notas comúnmente denominado cuatríada o tétrada cuyas notas ubicaremos en un principio todas en la misma octava y que ordenaremos por terceras de manera ascendente a partir de una fundamental (a la que representaremos con el número 1) tal y como aparece mayoritariamente en casi todos los libros básicos de armonía, y que como todos sabéis, suele expresarse por tanto mediante la fórmula interválica (1, 3, 5, 7) en todas sus posibles variantes dependiendo de donde se encuentren las alteraciones para formar los diferentes tipos de acorde o calidades.
Al escribir las fórmulas de los acordes de esta forma (1, 3, 5, 7), damos por hecho que se sobreentienda que la nota situada más a la izquierda corresponderá siempre a la nota más grave del acorde (en este caso la fundamental o 1ª), y que consecuentemente, cuanto más a la derecha se escriba, más aguda será y por tanto más alta se situará la nota en el pentagrama (en este caso, la nota más aguda será la 7ª).     
Si intento colocar ese acorde en la guitarra (1,3,5,7) o cualquiera de sus inversiones de las que hablaremos a continuación, y lo hago siguiendo escrupulosamente el orden de notas y respetando la altura exacta de cada una de ellas dentro de una octava, me encuentro con que no siempre será posible hacerlo. Dependerá del tipo de acorde, de la inversión que quiera, y de los grupos de cuerdas que utilice. En algunos casos coincidirá que las posturas resultantes serán muy sencillas, pero si quiero construir acordes como pez en el agua por los doce tonos, en los casos en los que no tenga más remedio que usar un dedo para cada nota el resultado pueden ser formas con una separación entre ellos bastante incómoda o incluso directamente imposible. Esto solo es un pequeño ejemplo que pone de manifiesto la importancia de la adaptación de la armonía a nuestro instrumento. Debemos saber adaptar a nuestro instrumento todas esas formas de acordes inviables, ya sea por expansión, por omisión de notas, por cambio de disposición…etc.… en otras que si sean "guitarrísticas" y que con ello potencien sus fantásticas cualidades armónicas y sonoras.
Sigamos ahora con las inversiones propiamente, pero antes, unos apuntes recordatorios importantes.
Un acorde se divide desde el punto de vista armónico en dos partes básicas, la nota más grave o bajo del acorde y el resto de sus voces, las cuales reciben conjuntamente el nombre de bloque armónico superior. El bajo del acorde es el responsable de las inversiones propiamente dichas, ya que, por definición, un acorde está invertido cuando su nota más grave o bajo, en vez de ser la tónica, es cualquiera de sus otras tres componentes fundamentales o chord tones, ya sea la 3ª, la 5ª o la 7ª. Siguiendo ese orden, hablaremos de primera inversión cuando la 3ª sea el bajo del acorde, segunda inversión cuando lo sea la 5ª y tercera inversión cuando el bajo sea la 7ª. Un acorde con la nota fundamental o tónica en el bajo, está en estado fundamental, y por tanto técnicamente no es un acorde invertido; aunque más adelante, haremos una matización importante sobre esto.
Por poner un ejemplo con otro tipo de acorde diferente, si por ejemplo tenemos un semidisminuido, en ese caso, la primera inversión tendrá como bajo a su b3, la segunda inversión a su b5 y la tercera a su b7. Como norma general, cualquier otra nota en el bajo diferente de una de las chord tones anteriormente citadas, NO dará como resultado una inversión realmente, sino que estaríamos hablando de otros tipos de acordes que ahora mismo no vienen al caso.
En conclusión, las cuatríadas tienen cuatro estados llamados: fundamental, primera inversión, segunda inversión y tercera inversión. Vamos a explicar a continuación cuál es la razón por la que las inversiones se designan de esta forma:
Para obtener las inversiones de un acorde, se sigue un proceso paulatino en el que se desplaza una octava arriba a la voz más grave del acorde, con lo que partiendo del estado fundamental estándar (1, 3, 5, 7) la primera inversión inmediatamente resultante será (3, 5, 7, 1). Después, para obtener la segunda, se invierte a esa primera que acabamos de conseguir (3, 5, 7, 1), dando como resultado (5, 7, 1, 3). Por eso se llama segunda inversión, porque sale tras invertir a la primera. Finalmente, para obtener la tercera, lógicamente, tendremos que invertir a la segunda (5, 7, 1, 3) dando como resultado (7, 1, 3, 5). Estas tres inversiones resultantes son, las inversiones a las que llamaremos estándar por ser obtenidas a partir del estado fundamental estándar o básico de un acorde, y más adelante necesitaremos tenerlas muy en cuenta.
Por último también quiero recordaros, que para designar a las diferentes voces de un acorde como por ejemplo (1, 3, 5, 7), siempre llamaremos primera voz de ese acorde, a su nota más aguda (en este caso la 7ª), segunda voz a la siguiente más aguda (en este caso la 5ª) y así sucesivamente. Hago hincapié en esto porque es sorprendentemente común el error de denominar a la voz más grave de un acorde como la primera, así que mucho cuidado.
Hechos estos apuntes recordatorios, ya podemos pasar a lo más interesante.
El distinto orden de las notas que forman el bloque armónico superior, no cambia el estado del acorde (eso solo puede hacerlo el bajo), pero si cambia su disposición.
Por ejemplo, los acordes: (3, 5, 7, 1), (3, 7, 1, 5) y (3, 1, 5, 7) se encuentran todos en el mismo estado; primera inversión, ya que los tres tienen a sus respectivas terceras ubicadas en el bajo, sin embargo sus disposiciones son distintas. Obviamente, siempre optaremos por estudiar en mayor profundidad las disposiciones más adecuadas para nuestro instrumento.
Otra forma muy común de denominar a los acordes prestando especial atención a las diferentes disposiciones que pueden adoptar es usando el término voicing, muy habitual en estos términos.  Los tres acordes del ejemplo anterior: (3, 5, 7, 1), (3, 7, 1, 5) y (3, 1, 5, 7) son tres voicings diferentes de una misma inversión.
En la guitarra, son especialmente importantes los voicings que se generan a partir de bajar una octava alguna de sus voces, dicho procedimiento se denomina popularmente “dropar” una voz. El término procede de la palabra inglesa “drop”, que se traduce literalmente como “caer”. Esta técnica de “expansión” de voces, resulta idónea para obtener voicings prácticos en la guitarra, ya que es un instrumento en el que suele ser conveniente (aunque no siempre) utilizar voicings abiertos (o más concretamente semiabiertos) antes que cerrados.
Voy a recordar por si acaso que el que un acorde cualquiera sea abierto o cerrado, utilizando una definición muy muy básica, depende del intervalo que haya entre su voz más grave y su voz más aguda (si excede la octava o no). Otra definición complementaria pero mucho más precisa y que me gusta más es que depende realmente del intervalo que exista entre cada una sus voces (si entre todas y cada una de sus voces hay una distancia mayor a una tercera entonces se considera abierto, si esto solo ocurre entre algunas voces y entre otras no, entonces se considera semiabierto).
Hay varios tipos de voicings "drop", pero los más utilizados para guitarra son con diferencia los drop2 y los drop3. El número al lado de la palabra drop significa cual es la voz que “dropamos”. Evidentemente en los drop2 bajamos la segunda voz del acorde una octava y en los drop3 la que bajamos es la tercera voz.
Veamos cuales son los voicings drop2 resultantes a partir del estado fundamental básico o natural y de las tres inversiones elementales de las que hablamos anteriormente en este artículo:
Estado fundamental drop2:
(1, 5, 7, 3)
procedente de la 2ª inversión estándar:
(5, 7, 1, 3)
1ª Inversión drop2:
(3, 7, 1, 5)
procedente de la 3ª inversión estándar:
(7, 1, 3, 5)
2ª Inversión drop2:
(5, 1, 3, 7)
procedente del estado fundamental estándar:
(1, 3, 5, 7)
3ª Inversión drop2:
(7, 3, 5, 1)
procedente de la 1ª inversión estándar:
(3, 5, 7, 1)
 
Y el mismo análisis para comprender cómo se obtienen los voicings drop3:
Estado fundamental drop3:
(1, 7, 3, 5)
procedente de la 3ª inversión estándar:
(7, 1, 3, 5)
1ª inversión drop3:
(3, 1, 5, 7)
procedente del estado fundamental estándar:
(1, 3, 5, 7)
2ª inversión drop3:
(5, 3, 7, 1)
procedente de la 1ª inversión estándar:
(3, 5, 7, 1)
3ª inversión drop3:
(7, 5, 1, 3)
procedente de la 2ª inversión estándar:
(5, 7, 1, 3)
 
Con estos voicings, facilitaremos enormemente la ejecución de las inversiones de las cuatríadas de una manera ordenada y muy lógica que nos permitirá mejorar enormemente nuestra comprensión de la armonía sobre nuestro instrumento y por consiguiente aprovechar al máximo sus posibilidades.
Existen formas muy distintas de designar a todos estos conceptos según los libros que consultemos, pero lo realmente importante es entenderlos y saber aplicarlos. Vuelvo a repetir que esto solo es la punta del iceberg, este es un tema muy extenso y para abarcarlo realmente no hay NADA como la explicación directa profesor alumno.
Espero que os haya gustado este artículo, nuevamente un abrazo especial para César Alonso y en general para mis compañeros guitarristas de Madrid que tanto apoyo me habéis dado durante todos estos años.
Rubén Reinaldo.
Profesor de guitarra, 675 096 897, rubenreinaldo@hotmail.com